BOTONES EN LOS OJOS: CRÓNICAS DE
UNA NIÑA EN PELIGRO
Introducción: una insidiosa y
eterna compañía
(Coraline,
Neil Gaiman)
Nuestros ancestros, que vivían en
pleno contacto con la naturaleza, nos heredaron un temor básico en la vida: el
miedo a la oscuridad, según hemos podido saber, a los primitivos seres humanos
los acechaban desde las sombras algunos depredadores, los más jóvenes en ocasiones
eran presas de feroces bestias prehistóricas, o de algunas que ya no nos aterran
tanto porque en los últimos tiempos las hemos dejado al borde del abismo de la
extinción, como es el caso de los lobos, que por su naturaleza siempre hemos
demonizado y convertido en la encarnación del mal.
Cuando las luces se
apaguen sin previo aviso sintamos pavor en automático, la ausencia de luz nos
impide ver qué hay alrededor; la posible presencia de una amenaza nos pone en
estado de alerta, no podemos estar seguros si hay algo en las sombras.
“El miedo a la oscuridad es la
fobia más común; la ausencia de luz nos enfrenta a lo desconocido, es una
situación que anula nuestro sentido sensorial y quedamos sí la menor
oportunidad de huir y nos paralizamos por completo”[1].
Al hacernos mayores sabemos
que en la penumbra no hay ningún monstruo que quiera comernos, fantasma que
quieran espantarnos, diablo que nos arrastre de los pies al averno por haber
sido traviesos, bruja que nos transforme en sapos, invasor alienígena deseoso
de abducirnos y en su mesa de experimentos abrirnos en canal como si fuésemos
ranas, ni otro horror que las películas, las series de televisión y el
imaginario popular hayan sembrado en nuestra inocente mente infantil. Es entonces
cuando los peligros que la negrura de la noche llega a esconder se vuelven
aterradoramente reales. ¿Quién —sobre todo quienes no tenemos el privilegio de saber
conducir—no
se ha puesto a temblar al tener que atravesar de noche una interminable calle
con lámparas que parecen separadas por kilómetros? (dando por hecho que funcionen,
pues en esta bizarra capital no siempre es así). Es toda una aventura. Llegar a
nuestro destino a salvo nos hace sentir como ganadores del Tour de Francia. No
sabemos qué hay en las sombras, la idea nos atemoriza, así que no es casual que
haya autores cuya narrativa recurra a ese miedo atávico a la oscuridad y otros
sentimientos que suelen hacer aparición cuando enfrentamos situaciones de gran
peligro, que sin embargo tenemos que hacerles frente tal como los protagonistas
de las distintas historias en la literatura, el cine o la televisión.
Comenzaremos con una
semblanza del autor, una reseña del libro Coraline,
continuando con una breve introducción sobre el personaje principal de la obra
en quién se encuentran concentrados todas las emociones a repasar. Luego
veremos cómo el antagonista principal aprovecha las características del
personaje para llevar a cabo su cometido. Y cómo la protagonista rechaza
colgarse la etiqueta de víctima para salir a enfrentar al ser que amenaza su
existencia.
Sobre el autor
Neil Gaiman nace en la ciudad de
Hampshire, Reino Unido, un 10 de noviembre de 1960. Desde niño descubrió su
amor por la lectura y entre sus autores predilectos se encontraban J.R.R.
Tolkien, C.S. Lewis y Gene Wolfe. Solía pasar días enteros en la biblioteca de
su ciudad donde sus padres lo dejaban camino al trabajo. Su primer trabajo
dentro del mundo de las letras fue como periodista y escribió dos biografías,
la primera del músico Duran Duran y la segunda de Douglas Adams, el autor de La guía del autoestopista galáctico. Después
vendrían sus colaboraciones con el dibujante de cómics Dave McKean, ambos
publicarían sus primeros trabajos juntos: Violent
Cases, y más tarde Black Orchid,
texto que vería la luz en DC Comics.
Cabe destacar que algunas de sus obras, como la saga de novelas gráficas de Sandman, se han vuelto de culto. Sandman de hecho, fue la primera
historieta en recibir un galardón literario, en la categoría de mejor historia
corta entregada en los World Fantasy Awards de 1991.
Es a principios de los
años 90 cuando comienza a escribir Coraline.
En una época en que el horror gótico estaba en boga, esta novela salió a la
venta en el año de 2002, se le consideraba un libro con una historia demasiado
aterradora como para ser leído por niños. Ganó premios a granel; El Premio
Británico de Ciencia Ficción, el Hugo, el Nébula, el Bram Stoker, entre los que
más sobresalen. También el de la Asociación Americana de Bibliotecas en la
categoría de libro notable para niños.
Coraline fue adaptada en una obra musical en
el 2009 por Stephin Merrit, ese mismo año fue llevada al cine por Henry Selick,
la mente detrás de la famosa Pesadilla
antes de navidad (1999). Aunque la película recibió algunas críticas por
parte de los fanáticos del libro sobre la forma en que el personaje literario
fue representado, estuvo nominada al Óscar y fue bien recibida por los
críticos.
American Gods, otra obra reconocida del autor, aparecida en el 2001 y
merecedora de un premio Nébula, será adaptada a la televisión en 2017. Mientras
tanto, el propio Gaiman ya se ha ganado estelarizar un episodio de Los Simpson[2] en el cuál Lisa
Simpson y otros personajes se dan a la tarea de construir un libro perfecto
para que la gente de hoy en día lo lea y se interese por la lectura.
Una niña curiosa
Cuando llega a su nuevo hogar, un
departamento que forma parte de un viejo caserón perdido en la campiña inglesa
–los bosques de Oregón en la película estadounidense–, la pequeña Coraline
Jones está ávida de encontrar algo que la divierta, las opciones son escasas,
no tiene ni idea de que hacer en esa vieja casa. Sin que lo sepa, sobre ella se
cierne una amenaza, alguien que, a diferencia de la niña, sabe perfectamente
que hacer: un trato ventajoso, le dará todo lo que Coraline anhela mientras la joven
le entregue ni más ni menos su propia vida a cambio. Ese es el modus operandi[3] de esta entidad
fantasmal, quién acecha a niños incautos para alimentarse de sus vidas, desechar
sus almas y mantenerlas atrapadas para siempre en un mundo que ella diseña con
esmero, diferente cada vez, para que los infantes caigan en su trampa, dándoles
exactamente lo que quieren, está confiada de que Coraline, la recién llegada,
será una más que no pueda resistirse a sus encantos, se aprovechará de su espíritu
aventurero para guiarla al engaño como un matador al toro con el capote. Por su
naturaleza la joven es como una polilla que, atraída por la luz, no advierte
que va a quemarse con ella. En este caso la luz cegadora es el mundo que le ha
confeccionado la bruja, a diferencia de su aburrido y monótono mundo natal. Ahí
va Coraline rumbo al engaño de la Beldam[4].
La
Beldam tiene todo preparado, llevará el hilo de su propia trama, ha confabulado
cada detalle para que caiga la pequeña en su red y al pasar por esa puerta le
sirva de alimento, el acceso al mundo de la Otra está ubicado en su nuevo
departamento que aparentemente sólo daba hacia una pared de ladrillos, pero
para quién tenga la mala fortuna de toparse con la malvada hechicera es un
túnel rumbo a la perdición. Coraline encuentra algo desconcertante, su casa
está representada perfectamente, es una copia exacta donde todo está en su
lugar, sin embargo, desde el preciso instante en que atravesó el umbral la niña
se dio cuenta de que todo tenía un matiz más siniestro, empero, el delicioso
aroma de pollo asado llega a su nariz, este es el primer movimiento estratégico
de la bruja para atraer a su potencial víctima con suculentos manjares que en
su nuevo hogar no existen.
Todo
en derredor de la protagonista de la historia oficialmente traspasa la frontera
de lo natural y lo lógico, es el momento en el que se da cuenta de que ese
extraño piso está habitado por facsímiles de sus padres con botones en los
ojos. Coraline queda perpleja, estupefacta, un poco asustada, asume que es todo
un extraño sueño, y deja que su visita haga las delicias de esa escabrosa dama
y del clon de su padre.
La Otra Madre tiene un
fantástico modo de hacer nacer y crecer la confianza de su presa –obviando
siempre el hecho de tener botones en los ojos, que dejaría anonadados a
cualquiera–, toma la forma de alguien familiar y cercano, su madre, el ser que
la trajo al mundo, aunque por su atareada vida, su labor como progenitora
parece haber acabado allí, lo que fastidia sobremanera a su hija. Siendo una
versión alternativa la de la señora Jones, podrá hacer que la chica sienta que
su lugar está donde aparentemente tiene una madre que sí se preocupa por ella.
De este modo irá descubriendo que todo en ese mundo es, en apariencia, mejor
que en la realidad, la escuchará, jugarán, van a reír juntas, preparará sus
comidas favoritas y los tres formaran una familia feliz. El corazón de la
protagonista sabe que eso es todo lo que necesita, y el anhelo que ha nacido en
él desde mucho tiempo atrás, cuando en un momento dado, sus padres reordenaron
sus prioridades y la pusieron en un segundo lugar pesado como una loza de
concreto.
La trampa de la perversa
hechicera está consumada, su víctima hasta ahora no se ha salido del guion que
ha tramado hasta que le revela el modo de quedarse en ese extraño lugar lleno
de color y diversión; tiene que coserse botones en los ojos tal como ella y
todos los habitantes del otro mundo. Le dicen que no va a dolerle nada, pero
sabe bien que cuando los adultos dicen esto –viejo mantra de médicos y
dentistas que todos hemos escuchado alguna vez– mienten. La niña, sobresaltada
decide volver a su mundo, pero allí no terminarán los sustos, pues lo peor está
apenas por llegar, todo lo que va a acontecerle no ha hecho más que empezar.
‘‘Sé fuerte, Coraline”
“—¿Cómo están tus queridos padres? —le preguntó la señorita Spink.
—Han desaparecido —respondió
Coraline. Estoy sola. Supongo que me he convertido en una familia de un solo miembro.”
(Coraline, Neil Gaiman)
Coraline deja atrás el mundo paralelo
decidida a no intentar regresar, cuando vuelve a encontrarse en el salón del
que procedía siente un gran alivio, está en casa, está de regreso en su
verdadero hogar en el que su felicidad no depende de coserse botones en los
ojos, pronto la muchacha va a descubrir que la que vive tras la puerta secreta
ha hecho de las suyas, ha hecho un atroz acto de magia jugándole sucio.
No pasa mucho tiempo
después de la primera visita clandestina de su hija al mundo de la hechicera, y
los señores Jones no han hecho acto de presencia en casa en todo el día, es
cierto que ellos son gente ocupada, su trabajo los tiene ajetreados todo el
tiempo y esto ha sido la directriz de sus vidas. Pero esa noche se han tardado
más de lo debido, se queda esperándolos, los minutos se hacen horas, se
alimenta de lo poco que encuentra y decide irse a dormir esperando a que lleguen
en cuanto esté dormida, como muy posiblemente lo hayan hecho ya en alguna ocasión.
Sin embargo, al día siguiente la heroína en ciernes va a darse cuenta de que
esta vez no será así, a sus padres se los ha tragado la tierra, cuando sus
vecinas, las actrices retiradas Spink y Forcible le preguntan por sus padres,
ella responde escuetamente las palabras: ‘‘Han desaparecido”. Parece que en un principio
le preocupa poco la posibilidad de haber pasado a engrosar el número de
huérfanos en el mundo.
En la película se alarma
de inmediato por la situación, a pesar de que sus padres son fríos, desatentos
y ausentes, los quiere mucho, no sabe qué hacer sin ellos, cuando cumplen un
día y una noche de haber desaparecido, se echa a llorar desconsolada, generando
empatía en el espectador. La Coraline del libro aguanta unas horas más, es
hasta la medianoche del día siguiente al que cruzó la puerta que con su llanto
hiere la quietud de su casi vacío departamento. Es de este modo que vemos
plasmado en la novela de Neil Gaiman otro miedo típico de nuestra niñez: que
nuestros padres desaparezcan , se acaben, se pierdan para siempre, que nos llegasen
a faltar de repente y encontrarnos por la vida sin su cariño y su guía, como lo
cuenta Jorge Volpi en su genial ensayo Leer
la mente: “La ficción es un laboratorio dónde experimentar con nuestros
deseos, sueños, decisiones y pesadillas sin otro peligro que la íntima
conmoción que nos depararían tales circunstancias.”[5]
La muchacha tiene miedo.
Uno puede ponerse en sus zapatos y darse cuenta de que la situación a la que se
enfrenta, efectivamente, es para temer. Sus padres han desaparecido, una aterradora
bruja quiere beberse su vida y dejarla atrapada para siempre en un limbo
sombrío en compañía de otras criaturas inocentes a las que engañó y, además,
todo podría ser su culpa; su espíritu aventurero la ha metido en este embrollo
y lo que pueda pasar ahora se le puede achacar a ella, es un cargo de
conciencia importante, su curiosidad podría costarle la vida a ella y a su
familia. ''La curiosidad mató al gato'' reza un refrán popular, aunque es un
tanto irónico que uno de sus guías para intentar vencer a la hechicera sea ni
más ni menos que un desaliñado, perspicaz, sarcástico y parlante gato negro, es
la propia sensación de curiosidad y las ganas que alguna vez hemos llegado a
sentir por descubrir lo desconocido, en vez de temerlo, lo que nos lleva a
vencer el miedo, o por lo menos a no escucharlo y continuar en nuestro viaje
sin detenernos a pensar en algún peligro. Eso alimenta nuestra capacidad de
explorar, de reconocer el mundo a nuestro alrededor, lo que no siempre es
bueno.
Papá y Mamá Jones se encuentran
perdidos, siempre ausentes en la joven vida de la niña, ahora están ausentes de
verdad, ahora la han dejado por completo abandonada a su suerte en ese viejo departamento.
Mas ahora, si quiere resolver la situación tendrá que buscar la solución por su
propia mano.
Al personaje del
fallecido Robin Williams; Alan Parrish, en la película Jumanji (1995) su padre le reprende después de una pelea con un
bravucón que tiene que mantener la frente en alto y luchar contra aquello que
teme. No debe achicarse ante sus miedos.
Coraline descubre que sus
padres han sido hechos prisioneros en un espejo, el gato le indica que están
allí, y ve sus figuras a través del cristal, su madre escribe con su dedo
‘‘SONADUYA’’[6] y ella se da cuenta de que
han caído en las garras de la Otra Madre, porque quiere deshacerse de ellos
para así no dejarle opción y que termine sirviéndole de alimento. La jovencita
tendrá que enfrentarse a su enemiga para recuperar su vida como la conocía
antes de que atravesara el umbral hacia su brillante, pero maléfico mundo. Es
competencia de ella salvar a todos, para tiene que vérselas con este ser
aterrador y desconocido ,con todas sus tretas y artimañas.
Lleva todas las de
perder, nadie vendrá a salvarla. Puede darse cuenta cuando da aviso a la
policía del secuestro de sus padres. Para explicar la desaparición repentina de
éstos, tiene que decir la verdad: que una bruja se los ha llevado. No resulta
complicado imaginar cómo se tomaron esa historia los oficiales. Todo se reduce
a Coraline contra la hechicera. Y acompañada del gato viaja de nuevo al otro
mundo al rescate de su familia, pues ella sabe que si la situación fuese a la
inversa, ellos irían en su búsqueda y no descansarían hasta tenerla de vuelta
en casa sana y salva.
El señor Parrish, un
acaudalado vendedor de zapatos y heredero de una gran fortuna, se fue a la
quiebra en Jumanji al tratar de
encontrar inútilmente a Alan, que fue tragado por el tablero de aquel bizarro
juego de mesa hasta que otro jugador lanzara un cinco o un ocho con los dados,
aquí es a la inversa, la pequeña tiene que hallar a su padre y a su madre,
porque están perdidos, raptados en algún lugar en el escabroso mundo de su Otra
Madre. Bienvenida a tú peor pesadilla, Coraline, despertar depende de ti, dice la
aparente mamá.
Coraline, a cambio de una
posibilidad de hacer volver a sus padres, además de liberar las almas de los
niños cautivos, acabar con la amenaza de la Beldam y su voraz apetito ávido de
saciarse con su joven alma, se ofrece a sí misma como el premio viviente de una
apuesta. Podemos pensar que puede parecer indefensa y vulnerable, pero salvar
su vida dependerá de lo que ella haga a continuación, así tenga que entrar
justo en el vientre de la bestia, en el corazón de la trampa que la Bruja le ha
tendido.
La Otra Madre acepta la
apuesta, confiada y sabiéndose ganadora segura, tal vez no debería hacerlo, el
exceso de confianza va de la mano al merecimiento y a la humillación. Pero
todos los escenarios la apuntan a ella como ganadora. A menos que Coraline, en
un gran aprieto por lo ominosa, aterradora, difícil y cruel situación en la que
se halla sumergida hasta el cuello, sepa cómo resolver el rompecabezas, ganar
el juego, y que todos sus sirvientes fallen en la misión de guardar una canica
que contiene el alma de una de sus anteriores víctimas, intentando poner un
traspié a la niña en sus loables intenciones de eludir su propio fin y ser
depredada como un pequeño y descuidado ser humano primitivo por un mal mayor
ante el cual está indefenso.
Pero Coraline, con la
sagacidad y la brillantez que demuestra durante la novela, incluso antes de
enfrentarse a la hechicera, vence a unas viscosas criaturas de aspecto
humanoide, que solían ser copias de sus vecinas actrices, y a un ser patético y
deforme que antes se parecía a su padre. Ahora tiene el aspecto de un desecho
andante, pero del viejo loco que tiene por vecino y sus ratas amaestradas no
puede librarse tan fácilmente, los grotescos esbirros del ser logran evitar que
obtenga la última alma. Pero en un enorme golpe de suerte, el astuto gato salva
en el último instante a Coraline, capturando a la rata que huía con su último
tesoro. ¿No hemos tenido todos alguna ayuda de la nada que nos levanta del
suelo cuando estamos derrotados y todo se ha venido abajo? En el momento más
álgido y oscuro puede aparecer el más insospechado personaje de las sombras
para ayudarnos a conseguir nuestro objetivo, así le ocurrió a esta chiquilla
inglesa, no merecía terminar sus días así. Y el destino le tenía deparado que
esa noche tenía que ganar.
Ahora sólo quedaba el
último paso, y el más difícil, engañar a la bruja, porque ella no juega limpio,
este malvado ser no obtendrá el triunfo por su astucia, sino por trampa,
Coraline lo sabe bien y decide jugarle un truco. Sabe dónde están cautivos sus
padres, en una bola de cristal que recoge mientras distrae a la bruja indicándole
que sus padres se escondían tras la puerta del salón, ante ese aparente error,
la Beldam se prepara para recibir su premio por ganar la apuesta, pero Coraline
se escabulle tras la puerta, con las almas perdidas y la bola de cristal que
contiene a sus padres. Vuelve a su mundo, cierra bien la puerta con llave, y
disfruta de ver el azul del cielo, el anaranjado brillante del crepúsculo y el
verdor de la vida en el mundo real, su mundo, el mejor de todos.
Pero la pesadilla aún no
termina, la mano derecha de la Bruja cortada por el azote con el que en su
huida la niña cerró la puerta del otro mundo, está buscando la llave para su
dueña causando estragos por toda la mansión. La chica se da cuenta de que tiene
que tenderle una última trampa. Una vez más a base de perspicacia guía a la última
y horrenda aliada de la Beldam a su fin en lo profundo de un pozo. Finalmente
puede gozar de un triunfo obtenido a base de su astucia, su valentía, su
fortaleza y su sabiduría, cualidades que una de las niñas fantasma alaba de su
persona durante el sueño en que los pequeños ya libres se despiden de ella,
podía parecer una niña indefensa al principio, pero nunca se dejó intimidar por
el poder de la aparentemente invencible Otra Madre, fue más lista que ella y la
derrotó limpiamente, a pesar de su corta edad, supo actuar con la sabiduría de
una adulta y despertar de su pesadilla.
Bienvenida
de vuelta Coraline, disfruta del atardecer, de los árboles, de la luna, la
lluvia y las estrellas, de los días soleados de verano, el mundo lleno de
sombras en el que casi quedas atrapada ha quedado atrás para siempre, disfruta
de la música que llena tus oídos y desciende hasta tu corazón triunfante.
Conclusión
Una
vez que toda la aventura termina. Coraline decide que, a partir de ahora, nada
va a causarle pavor, voltea a ver el uniforme escolar de apagado color con el
que se vestirá en unos días para iniciar el ciclo escolar, recuerda que siempre
se siente nerviosa antes del primer día de clases, pero esta vez todo habrá
cambiado, su cruzada para salvar a ella, su familia, y unos chiquillos de
allende los tiempos, le ha mostrado el camino para no sentir miedo jamás.
Todos los temores pueden
ser vencidos, podemos vernos como nuestra única esperanza en un momento de gran
apremio, tenemos que ser valientes e inteligentes para librarnos de la
oscuridad que impide que nos movamos y ante la que nuestro miedo nos deja
expuestos. La catarsis llega a nosotros cuando hemos enfrentado y derrotado lo
que antes nos causaba terror. Después pocas cosas podrán asustarnos. No hay,
según mi opinión, sensación más gratificante que haber sido superiores y haber
vencido al miedo.
No hay monstruos,
fantasmas, invasores del espacio, ni brujas escondiéndose en la penumbra, la
Beldam y sus creaciones tampoco están allí, pero ante las amenazas que se
puedan cernir sobre nosotros y ensombrecer nuestras vidas, oscurecer nuestros
corazones y hacernos sentir como en el fondo de una botella, nosotros mismos
somos nuestra única salida.
Daniel Alejandro Nava Ortega
2do semestre (T.M.)
BIBLIOGRAFÍA
·
Cano
Vela, A. y Pérez Valverde, C. (2003). Canon,
literatura infantil y juvenil y otras literaturas (1st ed., p. 307). Ciudad
Real: Universidad de Castilla-La Mancha, Ediciones de la Universidad de
Castilla-La Mancha.
·
Gonzalbo Aispuru, P., Torres Septién, V., y Staples, A.
(2009). Una historia de los usos del miedo (1ra ed., p. 223). México: Colección
Centro de Estudios Históricos, Editorial El Colegio de México.
·
Howart, M. (2007). Under
the Bed Creeping: A Psychoanalytic Approach to Gothicism in Children's
Literature (Doctorado). Universidad
de Luisiana Lafayette.
·
Jones, T. (2014). Baby
and I were baked in a pie. En The
Gothic Fairy Tale in Young Adult Literature: Essays on Stories from Grimm to
Gaiman (1st ed., pp. 31-36). Jefferson:
McFarland & Company, Inc.
·
Volpi, J. Leer la mente. El
cerebro y el arte de la ficción (p. 43).
Alfaguara, México: 2011
FUENTES ELECTRÓNICAS
·
Ala.org.
(2016). Coraline | Awards & Grants. | Consultado el 7 Nov.
2016
·
Dictionary.com.
(2016). The definition of beldam. |
dictionary.com Consultado en 8 Nov. 2016
·
Ebert,
R. (2016). Coraline Movie Review & Film Summary (2009) | Roger Ebert. Rogerebert.com.
Consultado el 9 Noviembre 2016, from http://www.rogerebert.com/reviews/coraline-2009
[1] Gonzalbo Aispuru, P., Torres Septién, V., y Staples, A.
(2009). Una historia de los usos del miedo (1ra ed., p. 223). México: Colección
Centro de Estudios Históricos, Editorial El Colegio de México.
[2]The Book Job. Temporada 23,
capítulo 6.
[3]Manera especial
de actuar o trabajar para alcanzar el fin propuesto, del latín que significa
modo de actuar, trabajar u operar.
[4] Este es el nombre del
personaje en la novela original, significa ‘Una anciana, especialmente una fea;
bruja’
[6]‘‘Ayúdanos’’ escrito por la
señora Jones en el espejo visto desde la perspectiva de la niña.
what
ResponderEliminar