Adolf Wölfi

Adolf Wölfi
Pintura perteneciente a Adolf Wölfi

domingo, 19 de febrero de 2017

Botones en los ojos


BOTONES EN LOS OJOS: CRÓNICAS DE UNA NIÑA EN PELIGRO





Introducción: una insidiosa y eterna compañía
          El gato la acompañó sin hacer el menor ruido — ¿Y por qué es necesario tener valor?— le preguntó el gato con tono de indiferencia. —Porque, cuando haces algo a pesar del miedo que sientes -respondió ella- necesitas tener mucho valor.
(Coraline, Neil Gaiman)

Nuestros ancestros, que vivían en pleno contacto con la naturaleza, nos heredaron un temor básico en la vida: el miedo a la oscuridad, según hemos podido saber, a los primitivos seres humanos los acechaban desde las sombras algunos depredadores, los más jóvenes en ocasiones eran presas de feroces bestias prehistóricas, o de algunas que ya no nos aterran tanto porque en los últimos tiempos las hemos dejado al borde del abismo de la extinción, como es el caso de los lobos, que por su naturaleza siempre hemos demonizado y convertido en la encarnación del mal.
Cuando las luces se apaguen sin previo aviso sintamos pavor en automático, la ausencia de luz nos impide ver qué hay alrededor; la posible presencia de una amenaza nos pone en estado de alerta, no podemos estar seguros si hay algo en las sombras.

“El miedo a la oscuridad es la fobia más común; la ausencia de luz nos enfrenta a lo desconocido, es una situación que anula nuestro sentido sensorial y quedamos sí la menor oportunidad de huir y nos paralizamos por completo”[1].

Al hacernos mayores sabemos que en la penumbra no hay ningún monstruo que quiera comernos, fantasma que quieran espantarnos, diablo que nos arrastre de los pies al averno por haber sido traviesos, bruja que nos transforme en sapos, invasor alienígena deseoso de abducirnos y en su mesa de experimentos abrirnos en canal como si fuésemos ranas, ni otro horror que las películas, las series de televisión y el imaginario popular hayan sembrado en nuestra inocente mente infantil. Es entonces cuando los peligros que la negrura de la noche llega a esconder se vuelven aterradoramente reales. ¿Quién sobre todo quienes no tenemos el privilegio de saber conducirno se ha puesto a temblar al tener que atravesar de noche una interminable calle con lámparas que parecen separadas por kilómetros? (dando por hecho que funcionen, pues en esta bizarra capital no siempre es así). Es toda una aventura. Llegar a nuestro destino a salvo nos hace sentir como ganadores del Tour de Francia. No sabemos qué hay en las sombras, la idea nos atemoriza, así que no es casual que haya autores cuya narrativa recurra a ese miedo atávico a la oscuridad y otros sentimientos que suelen hacer aparición cuando enfrentamos situaciones de gran peligro, que sin embargo tenemos que hacerles frente tal como los protagonistas de las distintas historias en la literatura, el cine o la televisión.
Comenzaremos con una semblanza del autor, una reseña del libro Coraline, continuando con una breve introducción sobre el personaje principal de la obra en quién se encuentran concentrados todas las emociones a repasar. Luego veremos cómo el antagonista principal aprovecha las características del personaje para llevar a cabo su cometido. Y cómo la protagonista rechaza colgarse la etiqueta de víctima para salir a enfrentar al ser que amenaza su existencia.
Sobre el autor
Neil Gaiman nace en la ciudad de Hampshire, Reino Unido, un 10 de noviembre de 1960. Desde niño descubrió su amor por la lectura y entre sus autores predilectos se encontraban J.R.R. Tolkien, C.S. Lewis y Gene Wolfe. Solía pasar días enteros en la biblioteca de su ciudad donde sus padres lo dejaban camino al trabajo. Su primer trabajo dentro del mundo de las letras fue como periodista y escribió dos biografías, la primera del músico Duran Duran y la segunda de Douglas Adams, el autor de La guía del autoestopista galáctico. Después vendrían sus colaboraciones con el dibujante de cómics Dave McKean, ambos publicarían sus primeros trabajos juntos: Violent Cases, y más tarde Black Orchid, texto que vería la luz en DC Comics. Cabe destacar que algunas de sus obras, como la saga de novelas gráficas de Sandman, se han vuelto de culto. Sandman de hecho, fue la primera historieta en recibir un galardón literario, en la categoría de mejor historia corta entregada en los World Fantasy Awards de 1991.
Es a principios de los años 90 cuando comienza a escribir Coraline. En una época en que el horror gótico estaba en boga, esta novela salió a la venta en el año de 2002, se le consideraba un libro con una historia demasiado aterradora como para ser leído por niños. Ganó premios a granel; El Premio Británico de Ciencia Ficción, el Hugo, el Nébula, el Bram Stoker, entre los que más sobresalen. También el de la Asociación Americana de Bibliotecas en la categoría de libro notable para niños.
 Coraline fue adaptada en una obra musical en el 2009 por Stephin Merrit, ese mismo año fue llevada al cine por Henry Selick, la mente detrás de la famosa Pesadilla antes de navidad (1999). Aunque la película recibió algunas críticas por parte de los fanáticos del libro sobre la forma en que el personaje literario fue representado, estuvo nominada al Óscar y fue bien recibida por los críticos.
American Gods, otra obra reconocida del autor, aparecida en el 2001 y merecedora de un premio Nébula, será adaptada a la televisión en 2017. Mientras tanto, el propio Gaiman ya se ha ganado estelarizar un episodio de Los Simpson[2] en el cuál Lisa Simpson y otros personajes se dan a la tarea de construir un libro perfecto para que la gente de hoy en día lo lea y se interese por la lectura.


Una niña curiosa
Cuando llega a su nuevo hogar, un departamento que forma parte de un viejo caserón perdido en la campiña inglesa –los bosques de Oregón en la película estadounidense–, la pequeña Coraline Jones está ávida de encontrar algo que la divierta, las opciones son escasas, no tiene ni idea de que hacer en esa vieja casa. Sin que lo sepa, sobre ella se cierne una amenaza, alguien que, a diferencia de la niña, sabe perfectamente que hacer: un trato ventajoso, le dará todo lo que Coraline anhela mientras la joven le entregue ni más ni menos su propia vida a cambio. Ese es el modus operandi[3] de esta entidad fantasmal, quién acecha a niños incautos para alimentarse de sus vidas, desechar sus almas y mantenerlas atrapadas para siempre en un mundo que ella diseña con esmero, diferente cada vez, para que los infantes caigan en su trampa, dándoles exactamente lo que quieren, está confiada de que Coraline, la recién llegada, será una más que no pueda resistirse a sus encantos, se aprovechará de su espíritu aventurero para guiarla al engaño como un matador al toro con el capote. Por su naturaleza la joven es como una polilla que, atraída por la luz, no advierte que va a quemarse con ella. En este caso la luz cegadora es el mundo que le ha confeccionado la bruja, a diferencia de su aburrido y monótono mundo natal. Ahí va Coraline rumbo al engaño de la Beldam[4].
La Beldam tiene todo preparado, llevará el hilo de su propia trama, ha confabulado cada detalle para que caiga la pequeña en su red y al pasar por esa puerta le sirva de alimento, el acceso al mundo de la Otra está ubicado en su nuevo departamento que aparentemente sólo daba hacia una pared de ladrillos, pero para quién tenga la mala fortuna de toparse con la malvada hechicera es un túnel rumbo a la perdición. Coraline encuentra algo desconcertante, su casa está representada perfectamente, es una copia exacta donde todo está en su lugar, sin embargo, desde el preciso instante en que atravesó el umbral la niña se dio cuenta de que todo tenía un matiz más siniestro, empero, el delicioso aroma de pollo asado llega a su nariz, este es el primer movimiento estratégico de la bruja para atraer a su potencial víctima con suculentos manjares que en su nuevo hogar no existen.
Todo en derredor de la protagonista de la historia oficialmente traspasa la frontera de lo natural y lo lógico, es el momento en el que se da cuenta de que ese extraño piso está habitado por facsímiles de sus padres con botones en los ojos. Coraline queda perpleja, estupefacta, un poco asustada, asume que es todo un extraño sueño, y deja que su visita haga las delicias de esa escabrosa dama y del clon de su padre.
La Otra Madre tiene un fantástico modo de hacer nacer y crecer la confianza de su presa –obviando siempre el hecho de tener botones en los ojos, que dejaría anonadados a cualquiera–, toma la forma de alguien familiar y cercano, su madre, el ser que la trajo al mundo, aunque por su atareada vida, su labor como progenitora parece haber acabado allí, lo que fastidia sobremanera a su hija. Siendo una versión alternativa la de la señora Jones, podrá hacer que la chica sienta que su lugar está donde aparentemente tiene una madre que sí se preocupa por ella. De este modo irá descubriendo que todo en ese mundo es, en apariencia, mejor que en la realidad, la escuchará, jugarán, van a reír juntas, preparará sus comidas favoritas y los tres formaran una familia feliz. El corazón de la protagonista sabe que eso es todo lo que necesita, y el anhelo que ha nacido en él desde mucho tiempo atrás, cuando en un momento dado, sus padres reordenaron sus prioridades y la pusieron en un segundo lugar pesado como una loza de concreto.
La trampa de la perversa hechicera está consumada, su víctima hasta ahora no se ha salido del guion que ha tramado hasta que le revela el modo de quedarse en ese extraño lugar lleno de color y diversión; tiene que coserse botones en los ojos tal como ella y todos los habitantes del otro mundo. Le dicen que no va a dolerle nada, pero sabe bien que cuando los adultos dicen esto –viejo mantra de médicos y dentistas que todos hemos escuchado alguna vez– mienten. La niña, sobresaltada decide volver a su mundo, pero allí no terminarán los sustos, pues lo peor está apenas por llegar, todo lo que va a acontecerle no ha hecho más que empezar.



‘‘Sé fuerte, Coraline”
“—¿Cómo están tus queridos padres? le preguntó la señorita Spink.

Han desaparecido respondió Coraline. Estoy sola. Supongo que me he convertido en una familia de un solo miembro.”
 (Coraline, Neil Gaiman)

Coraline deja atrás el mundo paralelo decidida a no intentar regresar, cuando vuelve a encontrarse en el salón del que procedía siente un gran alivio, está en casa, está de regreso en su verdadero hogar en el que su felicidad no depende de coserse botones en los ojos, pronto la muchacha va a descubrir que la que vive tras la puerta secreta ha hecho de las suyas, ha hecho un atroz acto de magia jugándole sucio.
No pasa mucho tiempo después de la primera visita clandestina de su hija al mundo de la hechicera, y los señores Jones no han hecho acto de presencia en casa en todo el día, es cierto que ellos son gente ocupada, su trabajo los tiene ajetreados todo el tiempo y esto ha sido la directriz de sus vidas. Pero esa noche se han tardado más de lo debido, se queda esperándolos, los minutos se hacen horas, se alimenta de lo poco que encuentra y decide irse a dormir esperando a que lleguen en cuanto esté dormida, como muy posiblemente lo hayan hecho ya en alguna ocasión. Sin embargo, al día siguiente la heroína en ciernes va a darse cuenta de que esta vez no será así, a sus padres se los ha tragado la tierra, cuando sus vecinas, las actrices retiradas Spink y Forcible le preguntan por sus padres, ella responde escuetamente las palabras: ‘‘Han desaparecido”. Parece que en un principio le preocupa poco la posibilidad de haber pasado a engrosar el número de huérfanos en el mundo.
En la película se alarma de inmediato por la situación, a pesar de que sus padres son fríos, desatentos y ausentes, los quiere mucho, no sabe qué hacer sin ellos, cuando cumplen un día y una noche de haber desaparecido, se echa a llorar desconsolada, generando empatía en el espectador. La Coraline del libro aguanta unas horas más, es hasta la medianoche del día siguiente al que cruzó la puerta que con su llanto hiere la quietud de su casi vacío departamento. Es de este modo que vemos plasmado en la novela de Neil Gaiman otro miedo típico de nuestra niñez: que nuestros padres desaparezcan , se acaben, se pierdan para siempre, que nos llegasen a faltar de repente y encontrarnos por la vida sin su cariño y su guía, como lo cuenta Jorge Volpi en su genial ensayo Leer la mente: “La ficción es un laboratorio dónde experimentar con nuestros deseos, sueños, decisiones y pesadillas sin otro peligro que la íntima conmoción que nos depararían tales circunstancias.”[5]
La muchacha tiene miedo. Uno puede ponerse en sus zapatos y darse cuenta de que la situación a la que se enfrenta, efectivamente, es para temer. Sus padres han desaparecido, una aterradora bruja quiere beberse su vida y dejarla atrapada para siempre en un limbo sombrío en compañía de otras criaturas inocentes a las que engañó y, además, todo podría ser su culpa; su espíritu aventurero la ha metido en este embrollo y lo que pueda pasar ahora se le puede achacar a ella, es un cargo de conciencia importante, su curiosidad podría costarle la vida a ella y a su familia. ''La curiosidad mató al gato'' reza un refrán popular, aunque es un tanto irónico que uno de sus guías para intentar vencer a la hechicera sea ni más ni menos que un desaliñado, perspicaz, sarcástico y parlante gato negro, es la propia sensación de curiosidad y las ganas que alguna vez hemos llegado a sentir por descubrir lo desconocido, en vez de temerlo, lo que nos lleva a vencer el miedo, o por lo menos a no escucharlo y continuar en nuestro viaje sin detenernos a pensar en algún peligro. Eso alimenta nuestra capacidad de explorar, de reconocer el mundo a nuestro alrededor, lo que no siempre es bueno.
Papá y Mamá Jones se encuentran perdidos, siempre ausentes en la joven vida de la niña, ahora están ausentes de verdad, ahora la han dejado por completo abandonada a su suerte en ese viejo departamento. Mas ahora, si quiere resolver la situación tendrá que buscar la solución por su propia mano.
Al personaje del fallecido Robin Williams; Alan Parrish, en la película Jumanji (1995) su padre le reprende después de una pelea con un bravucón que tiene que mantener la frente en alto y luchar contra aquello que teme. No debe achicarse ante sus miedos.
Coraline descubre que sus padres han sido hechos prisioneros en un espejo, el gato le indica que están allí, y ve sus figuras a través del cristal, su madre escribe con su dedo ‘‘SONADUYA’’[6] y ella se da cuenta de que han caído en las garras de la Otra Madre, porque quiere deshacerse de ellos para así no dejarle opción y que termine sirviéndole de alimento. La jovencita tendrá que enfrentarse a su enemiga para recuperar su vida como la conocía antes de que atravesara el umbral hacia su brillante, pero maléfico mundo. Es competencia de ella salvar a todos, para tiene que vérselas con este ser aterrador y desconocido ,con todas sus tretas y artimañas.
Lleva todas las de perder, nadie vendrá a salvarla. Puede darse cuenta cuando da aviso a la policía del secuestro de sus padres. Para explicar la desaparición repentina de éstos, tiene que decir la verdad: que una bruja se los ha llevado. No resulta complicado imaginar cómo se tomaron esa historia los oficiales. Todo se reduce a Coraline contra la hechicera. Y acompañada del gato viaja de nuevo al otro mundo al rescate de su familia, pues ella sabe que si la situación fuese a la inversa, ellos irían en su búsqueda y no descansarían hasta tenerla de vuelta en casa sana y salva.
El señor Parrish, un acaudalado vendedor de zapatos y heredero de una gran fortuna, se fue a la quiebra en Jumanji al tratar de encontrar inútilmente a Alan, que fue tragado por el tablero de aquel bizarro juego de mesa hasta que otro jugador lanzara un cinco o un ocho con los dados, aquí es a la inversa, la pequeña tiene que hallar a su padre y a su madre, porque están perdidos, raptados en algún lugar en el escabroso mundo de su Otra Madre. Bienvenida a tú peor pesadilla, Coraline, despertar depende de ti, dice la aparente mamá.
Coraline, a cambio de una posibilidad de hacer volver a sus padres, además de liberar las almas de los niños cautivos, acabar con la amenaza de la Beldam y su voraz apetito ávido de saciarse con su joven alma, se ofrece a sí misma como el premio viviente de una apuesta. Podemos pensar que puede parecer indefensa y vulnerable, pero salvar su vida dependerá de lo que ella haga a continuación, así tenga que entrar justo en el vientre de la bestia, en el corazón de la trampa que la Bruja le ha tendido.
La Otra Madre acepta la apuesta, confiada y sabiéndose ganadora segura, tal vez no debería hacerlo, el exceso de confianza va de la mano al merecimiento y a la humillación. Pero todos los escenarios la apuntan a ella como ganadora. A menos que Coraline, en un gran aprieto por lo ominosa, aterradora, difícil y cruel situación en la que se halla sumergida hasta el cuello, sepa cómo resolver el rompecabezas, ganar el juego, y que todos sus sirvientes fallen en la misión de guardar una canica que contiene el alma de una de sus anteriores víctimas, intentando poner un traspié a la niña en sus loables intenciones de eludir su propio fin y ser depredada como un pequeño y descuidado ser humano primitivo por un mal mayor ante el cual está indefenso.
Pero Coraline, con la sagacidad y la brillantez que demuestra durante la novela, incluso antes de enfrentarse a la hechicera, vence a unas viscosas criaturas de aspecto humanoide, que solían ser copias de sus vecinas actrices, y a un ser patético y deforme que antes se parecía a su padre. Ahora tiene el aspecto de un desecho andante, pero del viejo loco que tiene por vecino y sus ratas amaestradas no puede librarse tan fácilmente, los grotescos esbirros del ser logran evitar que obtenga la última alma. Pero en un enorme golpe de suerte, el astuto gato salva en el último instante a Coraline, capturando a la rata que huía con su último tesoro. ¿No hemos tenido todos alguna ayuda de la nada que nos levanta del suelo cuando estamos derrotados y todo se ha venido abajo? En el momento más álgido y oscuro puede aparecer el más insospechado personaje de las sombras para ayudarnos a conseguir nuestro objetivo, así le ocurrió a esta chiquilla inglesa, no merecía terminar sus días así. Y el destino le tenía deparado que esa noche tenía que ganar.
Ahora sólo quedaba el último paso, y el más difícil, engañar a la bruja, porque ella no juega limpio, este malvado ser no obtendrá el triunfo por su astucia, sino por trampa, Coraline lo sabe bien y decide jugarle un truco. Sabe dónde están cautivos sus padres, en una bola de cristal que recoge mientras distrae a la bruja indicándole que sus padres se escondían tras la puerta del salón, ante ese aparente error, la Beldam se prepara para recibir su premio por ganar la apuesta, pero Coraline se escabulle tras la puerta, con las almas perdidas y la bola de cristal que contiene a sus padres. Vuelve a su mundo, cierra bien la puerta con llave, y disfruta de ver el azul del cielo, el anaranjado brillante del crepúsculo y el verdor de la vida en el mundo real, su mundo, el mejor de todos.
Pero la pesadilla aún no termina, la mano derecha de la Bruja cortada por el azote con el que en su huida la niña cerró la puerta del otro mundo, está buscando la llave para su dueña causando estragos por toda la mansión. La chica se da cuenta de que tiene que tenderle una última trampa. Una vez más a base de perspicacia guía a la última y horrenda aliada de la Beldam a su fin en lo profundo de un pozo. Finalmente puede gozar de un triunfo obtenido a base de su astucia, su valentía, su fortaleza y su sabiduría, cualidades que una de las niñas fantasma alaba de su persona durante el sueño en que los pequeños ya libres se despiden de ella, podía parecer una niña indefensa al principio, pero nunca se dejó intimidar por el poder de la aparentemente invencible Otra Madre, fue más lista que ella y la derrotó limpiamente, a pesar de su corta edad, supo actuar con la sabiduría de una adulta y despertar de su pesadilla.
            Bienvenida de vuelta Coraline, disfruta del atardecer, de los árboles, de la luna, la lluvia y las estrellas, de los días soleados de verano, el mundo lleno de sombras en el que casi quedas atrapada ha quedado atrás para siempre, disfruta de la música que llena tus oídos y desciende hasta tu corazón triunfante.


Conclusión
Una vez que toda la aventura termina. Coraline decide que, a partir de ahora, nada va a causarle pavor, voltea a ver el uniforme escolar de apagado color con el que se vestirá en unos días para iniciar el ciclo escolar, recuerda que siempre se siente nerviosa antes del primer día de clases, pero esta vez todo habrá cambiado, su cruzada para salvar a ella, su familia, y unos chiquillos de allende los tiempos, le ha mostrado el camino para no sentir miedo jamás.
Todos los temores pueden ser vencidos, podemos vernos como nuestra única esperanza en un momento de gran apremio, tenemos que ser valientes e inteligentes para librarnos de la oscuridad que impide que nos movamos y ante la que nuestro miedo nos deja expuestos. La catarsis llega a nosotros cuando hemos enfrentado y derrotado lo que antes nos causaba terror. Después pocas cosas podrán asustarnos. No hay, según mi opinión, sensación más gratificante que haber sido superiores y haber vencido al miedo.
No hay monstruos, fantasmas, invasores del espacio, ni brujas escondiéndose en la penumbra, la Beldam y sus creaciones tampoco están allí, pero ante las amenazas que se puedan cernir sobre nosotros y ensombrecer nuestras vidas, oscurecer nuestros corazones y hacernos sentir como en el fondo de una botella, nosotros mismos somos nuestra única salida.
Daniel Alejandro Nava Ortega
2do semestre (T.M.)


BIBLIOGRAFÍA
·         Cano Vela, A. y Pérez Valverde, C. (2003). Canon, literatura infantil y juvenil y otras literaturas (1st ed., p. 307). Ciudad Real: Universidad de Castilla-La Mancha, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
·         Gonzalbo Aispuru, P., Torres Septién, V., y Staples, A. (2009). Una historia de los usos del miedo (1ra ed., p. 223). México: Colección Centro de Estudios Históricos, Editorial El Colegio de México.
·         Howart, M. (2007). Under the Bed Creeping: A Psychoanalytic Approach to Gothicism in Children's Literature (Doctorado). Universidad de Luisiana Lafayette.
·         Jones, T. (2014). Baby and I were baked in a pie. En The Gothic Fairy Tale in Young Adult Literature: Essays on Stories from Grimm to Gaiman (1st ed., pp. 31-36). Jefferson: McFarland & Company, Inc.
·         Volpi, J. Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción (p. 43). Alfaguara, México: 2011
FUENTES ELECTRÓNICAS

·         Ala.org. (2016). Coraline | Awards & Grants. | Consultado el 7 Nov. 2016
·         Dictionary.com. (2016). The definition of beldam. | dictionary.com Consultado en 8 Nov. 2016
·         Ebert, R. (2016). Coraline Movie Review & Film Summary (2009) | Roger Ebert. Rogerebert.com. Consultado el 9 Noviembre 2016, from http://www.rogerebert.com/reviews/coraline-2009




[1] Gonzalbo Aispuru, P., Torres Septién, V., y Staples, A. (2009). Una historia de los usos del miedo (1ra ed., p. 223). México: Colección Centro de Estudios Históricos, Editorial El Colegio de México.

[2]The Book Job. Temporada 23, capítulo 6.
[3]Manera especial de actuar o trabajar para alcanzar el fin propuesto, del latín que significa modo de actuar, trabajar u operar.
[4] Este es el nombre del personaje en la novela original, significa ‘Una anciana, especialmente una fea; bruja’
[5] Volpi, J. Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción (p. 43). Alfaguara, México, 2011.

[6]‘‘Ayúdanos’’ escrito por la señora Jones en el espejo visto desde la perspectiva de la niña.

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