Adolf Wölfi

Adolf Wölfi
Pintura perteneciente a Adolf Wölfi

martes, 18 de octubre de 2016

La noche del coecillo

La noche del Coecillo



Por René Peraza Gamón
(5to semestre T.M.)

¿Qué es una ciudad sin literatura?, o, ¿qué es la literatura sin la ciudad? ¿Quiénes le dan valor cultural a una ciudad? ¿Acaso la gente quiere visitar Jerez sin motivo alguno, o será que el plus de López Velarde ha ido pegando?

Todos hablan de Paris, Madrid, Londres, D.F., etc. Las grandes metrópolis. Pero ¿quién piensa en el resto de las ciudades, los demás habitantes? Es bonito contemplar la torre Eiffel, la Torre Latinoamericana, el Big Ben, el Santiago Bernabéu, no obstante queda de tanto de que hablar, pero pocos se animan, por temor quizás, no lo sé. Lo que sé con certeza es que alguien ha enaltecido su ciudad de la infancia y adolescencia, y no es de extrañar que lo haya hecho con maestría.

"Alguien ha enaltecido su ciudad de la infancia y adolescencia, y no es de extrañar que lo haya hecho con maestría."

La noche del Coecillo de Alejandro García, publicada en 1993, es una obra que no atiende a la literatura en serie, no pretende vender cantidades estratosféricas de libros, no intenta que se olvide de la noche a la mañana. No. Es un texto que tiene la capacidad de presentarse por sí mismo y charlar. Crear diálogo con el lector sin que éste se distraiga. Mantenerlo en vilo ¿Quién es capaz de semejante hazaña?

La ciudad de León, Guanajuato es el escenario del conflicto entre la banda de los Golfos y la pandilla de los Yuricos; y, Otoniel y Maruca son los encargados de narrarnos de qué trata vivir en el barrio del Coecillo; de confesar cuáles son los temores e inquietudes de unos niños menores de quinces años; sus aventuras y proezas; sus alegrías y desgracias; sus recuerdos, incluyendo la melancolía de algo que ya no volverá. Como el amor que simplemente posó su mano en los cabellos tersos de un niño; las acometidas entre los familiares en días festivos; las desazones de las pandillas y sus reyertas.

Todo eso y más, Alejandro lo narra con soltura, sin titubeos. Desnudando las palabras para enceguecernos con la ciudad de León. Alzando a la literatura regional, y demostrando que tiene mucho peso lo que no se publica en editoriales con muchas ventas. Entonces, volviendo, ¿qué es una ciudad sin literatura? No lo sé, pero de algo estoy seguro, a partir de la lectura de La noche del Coecillo, la ciudad de León no será la misma. Enhorabuena el Coecillo sigue con vida y nos deleita con sus historias que nos alumbran por cada rincón del barrio e invita a que las ánimas nos arropen con su aliento, y así, hacer grata la lectura.

No hay comentarios :

Publicar un comentario